La pregunta que te traigo hoy es: ¿sabemos realmente qué es el champú sólido?
Actualmente es bastante habitual conocer o usar los champús sólidos (shampoo bars en inglés), incluso ya los vemos en las grandes superficies. Pero, por si no sabes lo que es o no lo conoces todavía, vamos a definir este producto en palabras fáciles y sin tecnicismos (o no muchos, lo prometo).

¿Qué es exactamente un champú sólido?
Un champú sólido es un producto limpiador que sirve para lavar el cabello, más en concreto el cuero cabelludo. Su función principal, por tanto, es la de limpiar. Hasta aquí es igual que un champú normal de toda la vida. ¿no? La diferencia radica en la forma cosmética elegida, en el caso de un champú sólido su forma cosmética es en pastilla, en formato sólido. Y esta característica es lo que lo hace tan peculiar y lo que determina su formulación y el tipo de ingredientes que contiene.
¿Qué lleva un champú sólido?
Para darle forma de pastilla al champú sólido necesitamos ingredientes en polvo, que después mezclaremos y compactaremos hasta obtener una pastilla homogénea y dura. Vamos a ver cuáles son estos ingredientes en polvo que formarán parte de nuestro champú sólido.

Tensioactivos en polvo
El principal ingrediente del champú es siempre una sustancia limpiadora (ya que sabemos que esa es su función principal). La sustancia limpiadora o lavante se llama tensioactivo. Un tensioactivo es una sustancia detergente que suele hacer espuma y que tiene la capacidad de arrastrar la suciedad y la grasa a su paso. Existen tensioactivos en polvo que usamos en cosmética natural como: SCI Sodium cocoyl isethionate), SCS (Sodium cocoyl sulfate), SCG, SLSA… Estos tensioactivos se diferencian, entre otras cosas, por su capacidad detergente, algunos tienen mayor capacidad para arrastrar la grasa y la suciedad y por eso se dice que son más ‘agresivos’.
Otros ingredientes o activos en polvo
Junto a los tensioactivos en polvo encontramos otras sustancias en polvo que acompañan a la sustancia principal y que pueden tener funciones muy diversas (acondicionadoras, emolientes o suavizantes, astringentes, seborreguladoras…). Aquí las posibilidades son casi infinitas pues encontramos extractos en polvo de muchas plantas como la caléndula, el romero, la ortiga, el neem; por mencionar sólo algunas. Incluso podemos usar harinas y almidones (sustancias muy suavizantes), otro tipo de extractos en polvo. Dentro de la fase en polvo del champú se puede incluir también las arcillas (blanca, roja, ghassoul), de origen mineral, que aportarán una limpieza suave a nuestro champú y que son grandes aliadas para tratar problemas del cuero cabelludo y para combatir el exceso de grasa.
Pero, ¿cómo hacemos para compactar todos estos ingredientes? Necesitamos una fase que sea líquida, para formar entre ambas una pasta a la que podremos dar forma y que dejaremos endurecer hasta obtener nuestro champú sólido en pastilla. En esta fase líquida vamos a incorporar dos tipos de ingredientes: acuosos y oleosos.
Ingredientes acuosos
Los acuosos son aquellas sustancias hidrosolubles o que se pueden mezclar con el agua. Podemos incorporar a la receta de nuestro champú: hidrolatos, zumos de frutas, infusiones o simplemente agua destilada. Vamos a aprovechar de este modo sus propiedades, como por ejemplo los beneficios calmantes y antiinflamatorios de la manzanilla, incluyendo su infusión. Además en esta fase tienen cabida otras sustancias humectantes que nos ayudarán a mantener la hidratación del cabello. Entre los humectantes más usados en cosmética natural tenemos la glicerina, el sorbitol, el lactato de sodio. Pero si no tienes estos ingredientes no pasa nada, el zumo de Aloe vera tiene también interesantes propiedades humectantes para el cabello y puedes incluirlo en tu champú sólido.
Ingredientes oleosos o grasos
Los ingredientes oleosos son sustancias de naturaleza grasa como aceites o mantecas. Y te preguntarás, ¿por qué ponerle aceite al champú?¿No es acaso un producto de limpieza? Sí, pero debemos también aportar suavidad y emoliencia a este producto, ya que mucha detergencia podría resecar el cabello y dejarlo áspero. Los aceites son grandes aliados para el cabello, recomiendo siempre usar aceites de primera presión en frío para que mantengan todas sus propiedades y beneficios para el cabello. Podemos usar aceites como el de oliva, coco, almendras dulces o ricino para cabellos secos; y los de sésamo, pepita de uva o cártamo para cabellos grasos, que agradecerán aceites de tacto seco y más ligeros.
Mezclar las dos fases
Una vez que tenemos seleccionados los ingredientes, normalmente se pesa por un lado la fase en polvo y por otro lado la fase líquida. Después se mezclan para lograr una pasta a la que le daremos forma de pastilla y que, tras secar, será nuestro champú sólido natural. Este producto se puede usar a las 12-48 horas tras su elaboración porque no requiere proceso de curado como el jabón.
Seguramente al leer el artículo te hayan surgido muchas dudas sobre cómo elegir los ingredientes o dónde comprarlos. En España tenemos algunos proveedores como Jabonarium y Cremas-Caseras, que tienen una alta calidad y a buen precio, donde puedes encontrar todas las materias primas que necesitas para empezar a hacer cosmética natural.
Si quieres hacer algún champú sólido con una receta que te funcione, puedes ver las fórmulas que he compartido en mi blog. Y si quieres empezar a formular tus champús sin tener que copiar recetas, puedes formarte en mi escuela online de cosmética sólida donde te enseño a crear tus champús sólidos desde cero. Puedes encontrar toda la información aquí.
Si tienes cualquier duda, puedes dejar un comentario en este artículo y lo responderé lo antes posible.
Que tengas un feliz día 🙂



